Blog de Celia Mtz.

domingo, 22 de julio de 2012

Besayúname.


El abandono a escribir era proporcional al de mi cabeza, seguía donde debía estar, físicamente encima de mis hombros pero, la verdad es que estaba a muchos kilometros de distancia, concretamente a 316,9.
Fueron días maravillosos, experimenté eso que llaman placer, tantas veces en tan pocas horas que creí que el climax habia sido inventado por ti.
Me repetías y me repetía una y otra vez que aquello era una locura, pero supongo que algún día me arrepentiré de mis arrepentimientos, mientras tanto, no puedo dar más de mi.
Volviendo al verano de mi vida, casualmente no coincide con el tuyo, cielo.
Aquello, fue indescriptible... una par de copas, 5 chupitos, 2 roces, 9 miradas y el resto no creo que deba plasmarlo en ningún papel aunque, nunca supo tan bien una camisa de cuadros azules.
Fotografías que hacen que me traslade a tu casa, a tu cama y como no, a tu vida. Una vez escuché eso de que horas en la carretera no se pasan por cualquiera, hoy puedo decir, que nunca nadie estuvo tan acertado. Buses, calor, horas, más calor, menos horas y al fin, tú.
El esfuerzo estuvo bastante justificado y si me quedaba alguna duda solo tengo que recordar un posit y cuatro palabras, lo demás hoy sobra.
La distancia es tan relativa y está tan sobrevalorada como la fidelidad, ambas para mi se encontraban a 237,5 km.
Pero como todo lo bueno termina y conserva así su esencia pues regresé y todo seguía tan igual como cuando me marché, de algún modo creí que debía poner orden o ponerme como sabia.
Reconozco que ahora mismo me cambiaría por un solo con hielo y un polvazo mañanero.
Después del quinto orgasmo causado por la octava copa, recordé que es mejor mantener la boca cerrada.