Blog de Celia Mtz.

jueves, 1 de marzo de 2012

Virtuosismo.


Mis uñas vuelven a ser rosas, el espejo sigue en su sitio, y tú estás mil veces más guapo.
Dos toallas colgadas me recuerdan al verano del amor, más tiempo en tu casa que en la mía. No me arrepiento lo más mínimo. Aprendimos mucho el uno del otro, tú más que yo.
Contigo no hay cuatro estaciones, el otoño quedaba sumergido en un mar de dudas, oía música mientras escribía tres líneas.
Creo que el nórdico ya sobra, calor de ese que no me gusta.
La distancia entre nosotros es de la A a la Ñ, corta pero intensa, el camino a recorrer no es nada fácil pero, créeme, era necesario.
Aunque a veces se haga el interesante hablando de temas que no conoce ni, desde mi más humilde opinión, llegara a conocer, sigue siendo de las personas que jamás te fallará.
Se produjo, tarde o temprano tendría que suceder. Fue un choque frontal a más de 230 km/h, tu mirada se clavo en mi espalda y dolió como si del más afilado de los cuchillos se tratase. Como diría mi amigo y colega Federico Moccia, tengo ganas de ti.
Vuelvo a la brevedad, a beberme las copas de dos en dos, a sentarme en bancos imaginarios al esperar un bus, a robar otros, ilegal que soy a veces.
A horas de la gloria.

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