Blog de Celia Mtz.

miércoles, 29 de febrero de 2012

R de rojo.


Hoy hace bueno, una de las tantas alegrías que invaden mi vida en estos tiempos. El flexo lila alumbra tanto que molesta, casi como el sol de aquel verano sentados en la playa, tú dormías y yo te miraba, esperando encontrar una razón para hacer más perfecto aún el momento. A día de hoy sigo buscando.
He cambiado a amarillo, felicidad inmensa al comprobarlo. Supongo que es hora de guiñar el ojo de nuevo frente a cualquier chico guapo, cuesta ponerlo en práctica pero, como todo en esta vida, es ponerse. ¿Por qué no probar?
Todos intentaban morder pero había un problema: nadie se atrevía realmente por las consecuencias, “panda de cobardes” pensaba fríamente, ¿tanto cuesta probar la manzana envenenada? Sería mucho más sencillo comer las fáciles y no correr riesgo alguno. En mi opinión, prefiero saborear una única vez lo prohibido y no vivir pensando a que sabrá.
Cúmulo de sensaciones solo comparables a las vividas entre tus piernas. Obscena diría al escucharlo una que yo me sé. Aun así, os invito a que probéis, en rara ocasión suele defraudar.
En unos días tengo la oportunidad de verte y no tengo interés alguno por aprovecharla. Sinceramente. Lo que antes sería una carrera constante por apurar el tiempo al máximo, hoy se ha convertido en despreocupación.
Entre sensualidad y sexualidad me quedo sin duda alguna con la primera, no hay nada como dar placer a los sentidos. Sueño acumulado  o el olor de tu perfume o quizás la mezcla de ambas pero actúan como sedante de manera eficaz.
Que lo único que me apetece recordar en estos momentos es la contraseña de Twitter.
Propongo un juego, las normas las pones tú. Si tuvieras alguna duda empezamos a probar y algún momento aparecerán límites, de esos que tanto nos gustan.
Que las ganas que tengo de la que se avecina no son normales, aunque pensándolo bien, tú tampoco lo eres. No ayuda tener unos labios carnosos a tu izquierda, todo hay que decirlo.
Vuelve a sonar, cada vez me acostumbro más. He calculado que en dos semanas más estará totalmente erradicado. Este ejemplo es demasiado aplicable en ocasiones.
Motivación al beber uno o dos tequilas, empieza el calor. Menos mal que tú estás ahí para sofocarlo. Recurrible que eres.
Lo que faltaba es que se me perdiera el bono bus, al menos teniéndolo sé los viajes que puedo dar sin duda alguna, a diferencia que contigo, cielo.
Miradas a su paso, de esas que le gustan. Se crece aunque diga lo contrario, y a mí, a mi me encanta.
Creo que la próxima vez no me aguanto las ganas. Lo de ayer fue de risa, esconderme a estas alturas. Ilógica es la palabra.
Demasiadas ideas pero pocas puestas en prácticas. Amante de las pequeñas cosas, aunque no en todos los casos. Hay veces en las que se necesita algo grande.
Sigo manteniendo que el verde es el mejor color, las mejores cosas lo tienen.
 Solo decir que mientras ustedes hacen lo que quieren, yo me limito a, veintinueve de Febrero, querer lo que hago. Volveré a decir esto, volveremos a vernos las caras en otro año bisiesto.

lunes, 27 de febrero de 2012

Simulación artificial.


Yo era de esas que me preguntaba siempre el por qué hasta que encontré el por quien. Ahora que lo tengo lo único que me apetece es sentarme en la orilla de nuestro banco, para que así cuando vaya a caerme no tengas otra opción que salvarme.  Salvar, demasiado grande la palabra, mucha responsabilidad la del salvador, poca la del salvado.
Con gusto me pido ser salvada, vivir sin ninguna responsabilidad. Ser fiel solo a lo que siento, no a nada ni a nadie.
No diferencio entre la derecha y la izquierda con claridad, tampoco sé si eres rubio o moreno, pero puedo reconocer sin ninguna duda tu voz entre un millón. Es alegre y lo que más me gusta, es pura. De esas pocas quedan.
Modo avanzado, así me encuentro. La tranquilidad aplastante de los últimos tiempos ha quedado en el fondo del último cajón junto a los cinturones y un viejo diario, ha vuelto la tormenta. Pero es una tormenta especial y pensareis, es tropical, pues no, se equivocan, es una tormenta de pasión, desenfreno y lujuria. Miro al cielo y veo un trueno con caricias y una lluvia de orgasmos. Disfrutables todo hay que decirlo. Cuando le he dado a responder sabía perfectamente lo que no quería decir. La vida es puro teatro, así que mi más humilde consejo es que actúen lo más sinceramente posible. Yo les estaré esperando cuando caiga el telón.

viernes, 24 de febrero de 2012

Lóbulo frontal.

Después de un día increíble, miro al frente y veo cuatro pantallas, en cada una de ellas hay un nombre. He agachado la cabeza como hacía tiempo que no necesitaba hacerlo, no por vergüenza sino por indecisión. Tengo que decir en menos de diez segundos con cual de ellas me quedo. Y aun no me encuentro preparada. Hace unos meses diría sin dudar que la de la derecha, sí, la cuarta. Pero ahora esa no se encuentra ni como opción.
Nuevas caras, nuevos nombres, era necesario para que engañarme.
Me gustas mucho, eso te gusta a ti. ¿Nos gusta gustarnos? Supongo que esta relación me está haciendo bien. Ya no pienso en lo que no merece ser pensado.
Iba a tomar la última cuando te he visto de lejos, ¿estás más alto? Creí no conocerte. Has cambiado, supongo que lo necesitabas. Charla intensa la de anoche.
Sé que no estoy haciendo lo correcto, que en tu vida hay compromisos que en la mía ahora mismo no existen pero tengo que intentarlo y decir lo que creo mejor para ti, para mi, para nosotros. Quizás nunca haya un nosotros. Sé bien que la única que estropeo todo fui yo. Pero prometo no volver a mentirte. Sigues confiando en mi a pesar de todo, es lo que más me gusta.
El detalle de no llevar nada debajo de aquel caluroso abrigo fue decisivo, se encendían las velas a tu paso, comprensible a la par que excitante.
No quiero ser pesada, creo que hoy ha sido suficiente, a mi me sobra. De todas maneras me han entrado unas ganas considerables de que sea este Domingo, que según los creyentes, es de descanso. Creo que vamos a pasar por alto esta orden. Así da gusto volver.
Atentamente: tu conciencia.

jueves, 23 de febrero de 2012

Cuestión de principios.


He vuelto a decirte como una perra arrastrada que si nos fumamos un piti a medias y has puesto la excusa más tonta del mundo.
Está decidido. No me apetece más beber a tu lado, ya sabes a que me refiero, dudo que alguien más que tú se dé cuenta lo que es, pero por si acaso, queda escrito.
Muchas noches a tu lado, muchos besos malgastados. Me gustaba tomar una pizza a las seis, cuando llegábamos de bailar. Me gustaba hacerla, elegir los ingredientes, todos los presentes en aquella habitación sabían que lo único que me gustaba de aquella masa eras tú.
Suena ilógico contrastarte con aquello, pero me encantan las comparaciones a diferencia de ese odioso refrán. A día de hoy puedo y mucho, demasiado en ocasiones.
Estoy sentada en el sofá mirando las 3 tazas, los mil libros y tu foto. La radio suena en el piso de abajo. Al contrario de lo que debería, me relaja como nunca antes lo había hecho.
Miro a los lados buscando un pañuelo, al encontrarlo vuelve la felicidad. Ahí es cuando me doy cuenta de que si con pequeñeces como la de ahora estoy dichosa, no tuviste que dejar el listón demasiado alto, campeón.
 Las flores del mantel de la última comida han comenzado a marchitarse, pero con las gotas de lluvia del cristal de las que una vez os hable, empiezan a darle vida a tanto capullo seco.
Son tiempos violentos para el amor. Vuelve mi faceta soñadora, la que vive sin preocupaciones creyendo que con dos cables y un chicle puede arreglar todo. Lo mejor de todo es que en muchas ocasiones me ha sobrado uno de los cables, eso si después de elegir en dos segundos que color seria más apropiado para mí. Sin pensar en nada mas suelo decantarme por el verde, lo malo es que solo me dan a escoger entre rojo y azul. Ahí es cuando empiezan los problemas. Me salgo del plan establecido y vuelvo a las andadas.
A jugar sola o acompañada, eso sí, siempre de ellas. Demasiados frentes abiertos, pero como me dijo alguien especial, en tiempo de guerra cualquier agujero es trinchera. No hay que tomarlo por el mal sentido, sino que a veces necesitamos tener a alguien que nos haga reír para olvidar todo lo que otro nos hizo llorar.
Cada vez que sale el anuncio de chocolates Valor, vuelves a aparecer en mi cabeza, no porque recuerde si te gusta el chocolate. Sinceramente nunca me lo has dicho o no te he tomado demasiada atención. Sino por eso de placer adulto. Eso si lo he comprobado con creces.
Me encantan los colores, mezclarlos, lo sabes bien. Yo estaba roja por lo verde, tú morao por lo blanco.
Supongo que ayer fue el punto y final, después de tantas comas, tantos puntos suspensivos. Estoy harta de signos contigo. Has agotado mi paciencia.
Nunca fue mi estilo quitarme el sombrero con personas con las que no me quitaría el sujetador.
Hasta aquí puedo leer.

Sueño de una noche de Febrero.

No sé como empezar a decir esto, pero tengo miedo y pocos huevos de todo.
Supongo que tenía esto abandonado.
Ha sido raro, no me lo esperaba, pero no quiero más de lo menos que me dabas cuando creías que.. no estoy realmente segura de lo que querías.
El otro día no sabia si era el reflejo de las nubes en el agua o el fondo de la última copa que bebimos aquella mañana, últimamente no sé nada o sé demasiado y me hago la tonta.
Estos días han sido inolvidables, demasiada gente siendo realmente ellos, con su cara real, a pesar de llevar mascaras.
Por momentos me gustaron tus celos, pero recordé o eso me dijo mi alma gemela, que conmigo has encontrado la orma de tu zapato.
No te sigo el juego, cuando tu me buscas nunca me encuentras o al menos no me has encontrado. Solo aquellas veces, maravillosas por cierto.
Fue ilógico, te vi, me monté en el coche y no pude decir que no a nada más. Deje todo lo que estaba haciendo, todo. Deje una noche interminable, unos bailes a medio echar, salvo la copa, esa si me fue permitida. Quizás pensabas que me ayudaría a desinhibirme. Lo peor de todo es que lo conseguías con tu sola presencia. 
Miles de fotos reflejan la empanada mental sufrida. Sonaba "Hasta que salga el sol" y me dijiste que contigo no era posible el limite del amanecer, que me querías durante tres lunas y media. Te dije, segura de mi, que la cuarta ya era vicio.
Supongo que ambos mentimos, hemos superado el limite establecido y no me arrepiento.
Pero ahora mismo no puedo más.
Bebíamos Ron como locos, tu brazo me rodeaba aunque no fue lo único que hizo. Volvimos a los celos tras el segundo "ping", volvió a vibrar, me puse nerviosa y tú más guapo que antes.
Tus ojos estaban tan encendidos, me ponías con solo mirarme.
Puto fuego que desprendes, siempre eres igual. 
Siempre están ahí, fue subreal.
Demasiadas a tu alrededor, sinceramente no sé como puedes con todas y aun así tienes tiempo para lo que tengas conmigo. Realmente no es nada para mucha gente. Lo niegas a veces, por eso me gusta más.
Volviendo a poner los pies en la tierra he decidido no decidir, no cuidarme, no volver a volver, no cambiar, no pensar, en definitiva, ser la misma de siempre.
Me gusta la cara que pones cuando... me miras desde el otro lado de la barra. Los servicios son el santuario de nuestra pasión. Rara vez puedo decir que no a un tequila con sal y limón.
Me estoy acostumbrando a no tenerte y corres el riesgo de que te olvide.
Día a día está más fácil. No me queda otra.
Perdón. 
Adiós.

viernes, 17 de febrero de 2012

Fugacidad absoluta.


En una de las conversaciones que tuve conmigo misma, de esas fluidas e interesantes, nos pusimos a charlar y me di cuenta de que no coincidíamos en todo, en un mismo cuerpo había dos personas totalmente distintas, una era tierna, dulce e incluso tímida, la otra, repulsivamente salvaje, dolía su desvergüenza y su atrevimiento solo era comparable a… en realidad no tenia comparación. En rara ocasión había puesto en práctica la palabra límite.
También he de decir que hubo un tiempo en que consiguieron domarla, era una yegua mansa, obediente, a mí personalmente me daba asco.
Pero volvió, resurgido de sus cenizas como el ave Fénix, y como lo hizo… creyó o creí, ahora mismo no sé de quién hablo, que su regreso sería apoteósico. Aumentó su ego al verlo comprobado.
Para ella los planetas dejaron de ser ocho, comenzó a rendirle tributo a sus penetrantes ojos en lugar de a Marte y a sus labios por Mercurio.
La coca-cola no estaba realmente fría pero yo, mi interior estaba congelado. Realmente el calor nunca está en mis mejores momentos.
Hoy ha sido duro, pegábamos las telas mientras hablaba contigo, no eres nada pero por segundos llegas a ser un nada tan todo que da ganas de pensar que todo vuelve a ser nada.
Me gusta nuestro juego, de momento nadie gana ni pierde, es un juego de iguales aunque todos empiezan así. Esto durará lo que una vela encendida mientras follamos, perdón, mientras hacemos el amor. Despistada que soy a veces.
En la noche diecisiete del mes dos, el corto, sé que sabes de cual te hablo, volveremos a vernos las caras y me dirás que hace frio para volver sola a casa, ¿entendéis ahora porque el frio me acompaña en los mejores momentos?
Odio la letra Calibri pero adoro el colibrí, lo que puede cambiar una letra, una silaba, un sí, un no, un puede. Lo único bueno de todo esto es que siempre estás tú al otro puto lado de la cama. Creo que no te mueves mucho para evitar que mi forma se vaya y de nuevo tengas que volver a imaginar lo puta que era cuando quería cariño o lo casta cuando me sobraba.
Pediremos algo para llevar, no me apetece que nadie te mire mientras estas conmigo. Quiero guardarte para mí, para que esos momentos no sean interrumpidos por nada más. Casi lo consigo si no hubiera aparecido la policía, supongo que no tienen nada mejor que hacer. Ya ves, una rosa negra necesitamos, ¿quien en su sano juicio regalaría una flor tan triste?
Es hora de cerrar, la función ha terminado, mañana más y mejor, aunque eso sí, no le cojan cariño a los personajes, de momento la única con contrato indefinido soy yo misma.


jueves, 16 de febrero de 2012

Acto primero.


Me he comido una galleta y al mirar su forma, recordé el sonido de tu voz, paradojas de la vida, su sabor era amargo. Me gustaba el dulce de tus labios, su textura era especial.
Aquel viernes no dormimos después de una película interminable, supongo que ambos estábamos nerviosos esperando su final, su puto final, ellos siempre terminaban felices haciendo el amor, se miraban como si no existiera el mañana.
Ese día duro muchas más horas de las que debería, por momentos pensamos, en realidad pensé que podíamos romper el horario establecido, me creía superior a cualquier norma y todo porque tú estabas conmigo, porque de vez en cuando me decías: nena, que guapa estás.
Volviendo a mirar la caja de galletas me he dado cuenta de que tus fotos siguen aquí, maldito despiste.
De un tiempo a esta parte no tenia voz o al menos no se me oía, la única persona que creía que me escuchaba se fue un día y no volvió más, dejándome muda en un loco mundo de gritos. Intentó volver, intenté decir que no, rechazarlo y hacerle aunque fuese el 2% del daño que me causó, pero no pude, esta vez no quería hacerle daño pero tampoco quería quererlo, no quería nada más.
Solo se pasaba una imagen por mi mente, un recuerdo, una bañera que en lugar de agua tenía champagne, no era caro la verdad, pero tenía suficiente garra como para conseguir que él se desnudara con solo olerlo.
Que en ocasiones me creo una gata y no porque maulle sino porque algunas veces mis palabras han sido más dolorosas que un arañazo, pido perdón por el daño causado.
Me gusta la playa y el sexo, he probado a juntarlos pero no acaban de convencerme, supongo que para mí el mar solo está hecho para nadar, adoro los peces, quizás porque me identifique con sus tres segundos de memoria, no creo necesitar más para recordar un beso, una palabra bonita, un insulto o un orgasmo.
No deberías soñar despierto, te pierdes lo mejor de la noche, aunque sé que lo hacías por estar a mi lado. Las indirectas son más directas si vienen de tu boca.
Me tumbo en la alfombra cuando necesito desconectar de todo, miro al techo y me quedo en stand by. Vuelvo al mundo real cuando oigo un “ping” y pienso en tirar la BlackBerry por la ventana, pero sonrío porque al otro lado de la pantalla estás tú esperando para saber que se me pasa por la cabeza en un momento de cordura.
Pero créanme señores, la vida no está para lamentarse por lo que no llegamos a hacer, así que disfrútenla.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Dependencia insana.

Hace demasiado frío fuera, demasiado, pero el calor de dentro quema como nunca antes lo había hecho, me gustaba sentir la hierba junto a mis dedos descalzos, normalmente precisaba de tu compañía, mala costumbre la mía. 
Recuerdo, aunque vagamente, la que vez que pintábamos sin saber que nuestra felicidad duraría lo que un bote de spray. Eso creyó ella, pero se equivocó, duró mucho más que eso, fue intenso, real, fue maravilloso, pero como nunca nadie pudo tapar el sol con un dedo, dejo de verse, su olor cada vez era más fino y, por momentos, inexistente. 
Ella se dejaba llevar por sensaciones, quizás el sabor de una fresa marcase de nuevo el rumbo de su vida, quien sabe… Era impredecible y bastante loca. Su vergüenza quedaba sumergida en el último hielo de aquel Ron añejo. Cuando quedaba.
Mientras tanto seguía conociendo más, más y más bocas, se pueden probar pero solo serás feliz si aun no tienes grabado el sabor de aquel último beso.
Fue especial, diferente, fue el último, porque sí es cierto que para todo hay una primera y una última vez. Las malas lenguas dicen que la primera vez es la más dolorosa pero creo que se equivocan, no hay nada peor que saber que nunca más podrás tener lo que un día tanto disfrutaste. 
De lejos se escucha un piano, se calma, me calmo, nos calmamos. ¿Merece la pena? 
Está decidido, quiero una tregua, esta melodía me ha hecho pensar, quiero volver a pintar, quiero volver a conducir de espaldas, quiero volver a llorar al hacer el amor, quiero volver a tomar un café escuchando las historias de mi abuela, esas que si algún día se me permite contare a los míos.
Esta maleta va a terminar conmigo, de momento he metido seis pares de besos, dos abrazos y una bufanda negra, sé que a ti te gustan mucho.
No quiero agradarte solo intento que nos llevemos bien el tiempo que nos queda, a ser posible toda la vida, pero solo si tu quieres.
Los zapatos no me caben aunque siempre me ha gustado sentirme libre, sin más ataduras que las de tus manos, no conozco mejor condena que esa.
No me escondo de nadie nunca. Ven a por mí. 
Ojalá, y digo ojalá, porque espero que no me pilles aquí esperando cuando vuelvas, espero no estarlo.
Supongo que ya habré cogido mi tren, pero hay un problema de nuevo, joder, no hay horarios ni billete, mi destino se marca con decisiones, el tuyo supongo que también.
Pero, ¿estás preparado para decidir?
En cuestión de segundos, piensas, te sientas, vuelves a pensar, pero esta vez no te quedas sentada, sales, gritas, te sientes viva... pero es algo momentáneo, de un instante a otro te vienes abajo como si de la espuma de la cerveza que tomaste con él aquel miércoles a mediodía se tratase, de nuevo piensas que...no, decides no pensar, es hora de actuar, te vuelve a entrar el miedo, ese puto miedo que hace que cuando lo ves a 8000 pasos de distancia, tiembles como si te estuviera haciendo el amor como nunca, porque el ya no te follaba, te miraba a los ojos y te acariciaba el pelo mientras te hacia suya, más y más suya, olvidando tu esencia, y tú, ingenua de ti le entregabas hasta el ultimo suspiro de de tu cuerpo encendido.
Si de suspiros se tratase, hablaríamos del viento, nunca los he escuchado mas profundos que los suyos, son aquellos que con solo imaginar te inunda una sensación tan rara, solo comparable con un café a media tarde frente al televisor con la mejor de las compañías, en extraña ocasión suele resultar la adecuada.
Vuelves a pensar, tu mundo se convierte en un sin sentido, pero por momentos, tú y solo tú eres la dueña de cada paso, te miras al espejo, ese de la entrada que aun guarda la señal del ultimo beso, quedando latente el rojo solo comparable al de tu fuego al regresar, te gusta lo que ves y ríes, ¿Por que no hacerlo?
Que si ahora estuviera contigo, me río yo de la ola de frío siberiana.
Toca volver al mundo real, sigues teniendo rostro, quizás no el mismo que tenias minutos atrás, vuelves a ver las mismas caras, personas que te comerían con la mirada pero que no comerían contigo en ningún restaurante a eso de las tres, puede que no sepa cuantos circulos tiene la manta con la que duermo a diario, pero sé con certeza cuantos lunares tienes dibujados, pero si, es cierto nada de peros...
De nuevo te sientas, pero esta vez, no quieres pensar ni actuar, solo quieres suspirar como lo hiciste la ultima vez entre sus brazos...



Subjetividad.

Todo pasa y todo queda, y te das cuenta, si, tu empiezas a verlo claro, a distinguir entre lo que es y lo que debería ser, entre lo bueno y lo malo, el yin y el yang, es tan subjetivo que cuesta verlo, pero ahí está, se puede sentir...
Miras por la ventana, las gotas caen sobre el cristal, se juntan, se buscan, se necesitan, pero siempre está aquella que por independencia forzada o voluntaria, vive su vida ajena a todo, es feliz en su propia infelicidad.
Sigo mirando y no veo nada, ni mi reflejo en el cristal , mi transparencia ha llegado a limites insospechados, no estoy, no soy..
De repente aparece alguien que te ve, que hace que tengas forma color, olor, sabor, que hace que seas tú, ahí es cuando te das cuenta de lo idiota que has sido intentando ser alguien más.