Yo era de esas que me preguntaba siempre el por qué hasta
que encontré el por quien. Ahora que lo tengo lo único que me apetece es
sentarme en la orilla de nuestro banco, para que así cuando vaya a caerme no
tengas otra opción que salvarme. Salvar,
demasiado grande la palabra, mucha responsabilidad la del salvador, poca la del
salvado.
Con gusto me pido ser salvada, vivir sin ninguna
responsabilidad. Ser fiel solo a lo que siento, no a nada ni a nadie.
No diferencio entre la derecha y la izquierda con claridad,
tampoco sé si eres rubio o moreno, pero puedo reconocer sin ninguna duda tu voz
entre un millón. Es alegre y lo que más me gusta, es pura. De esas pocas
quedan.
Modo avanzado, así me encuentro. La tranquilidad aplastante
de los últimos tiempos ha quedado en el fondo del último cajón junto a los
cinturones y un viejo diario, ha vuelto la tormenta. Pero es una tormenta
especial y pensareis, es tropical, pues no, se equivocan, es una tormenta de pasión,
desenfreno y lujuria. Miro al cielo y veo un trueno con caricias y una lluvia
de orgasmos. Disfrutables todo hay que decirlo. Cuando le he dado a responder sabía
perfectamente lo que no quería decir. La vida es puro teatro, así que mi más
humilde consejo es que actúen lo más sinceramente posible. Yo les estaré
esperando cuando caiga el telón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario