No sé como empezar a decir esto, pero tengo miedo y pocos huevos de todo.
Supongo que tenía esto abandonado.
Ha sido raro, no me lo esperaba, pero no quiero más de lo menos que me dabas cuando creías que.. no estoy realmente segura de lo que querías.
El otro día no sabia si era el reflejo de las nubes en el agua o el fondo de la última copa que bebimos aquella mañana, últimamente no sé nada o sé demasiado y me hago la tonta.
Estos días han sido inolvidables, demasiada gente siendo realmente ellos, con su cara real, a pesar de llevar mascaras.
Por momentos me gustaron tus celos, pero recordé o eso me dijo mi alma gemela, que conmigo has encontrado la orma de tu zapato.
No te sigo el juego, cuando tu me buscas nunca me encuentras o al menos no me has encontrado. Solo aquellas veces, maravillosas por cierto.
Fue ilógico, te vi, me monté en el coche y no pude decir que no a nada más. Deje todo lo que estaba haciendo, todo. Deje una noche interminable, unos bailes a medio echar, salvo la copa, esa si me fue permitida. Quizás pensabas que me ayudaría a desinhibirme. Lo peor de todo es que lo conseguías con tu sola presencia.
Miles de fotos reflejan la empanada mental sufrida. Sonaba "Hasta que salga el sol" y me dijiste que contigo no era posible el limite del amanecer, que me querías durante tres lunas y media. Te dije, segura de mi, que la cuarta ya era vicio.
Supongo que ambos mentimos, hemos superado el limite establecido y no me arrepiento.
Pero ahora mismo no puedo más.
Bebíamos Ron como locos, tu brazo me rodeaba aunque no fue lo único que hizo. Volvimos a los celos tras el segundo "ping", volvió a vibrar, me puse nerviosa y tú más guapo que antes.
Tus ojos estaban tan encendidos, me ponías con solo mirarme.
Puto fuego que desprendes, siempre eres igual.
Siempre están ahí, fue subreal.
Demasiadas a tu alrededor, sinceramente no sé como puedes con todas y aun así tienes tiempo para lo que tengas conmigo. Realmente no es nada para mucha gente. Lo niegas a veces, por eso me gusta más.
Volviendo a poner los pies en la tierra he decidido no decidir, no cuidarme, no volver a volver, no cambiar, no pensar, en definitiva, ser la misma de siempre.
Me gusta la cara que pones cuando... me miras desde el otro lado de la barra. Los servicios son el santuario de nuestra pasión. Rara vez puedo decir que no a un tequila con sal y limón.
Me estoy acostumbrando a no tenerte y corres el riesgo de que te olvide.
Día a día está más fácil. No me queda otra.
Perdón.
Adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario