Blog de Celia Mtz.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Survive.

En esta historia la única protagonista no era ella, su príncipe variaba según las ganas, tenía lo que quería. El mundo reía con ella a su paso. Uno de los sapos que probó fue causado por varios picos, nunca probéis nada en mal estado, me aconsejó un día. Necesitaba a diario una dosis de cariño, la recibía en cómodos plazos, le costaba tanto pedirla como dormir de lado. Aceptaba a las personas según el calzado que llevaran y apreciaba sólo a aquellos que no mostraban interés por caerle bien. Era tan puta como la vida y en ocasiones tan mala que dolía.
Se quería tanto a si misma que en ocasiones se olvidaba de que el mundo no fue creado solo para adorar su vana existencia. La avaricia le jugó una mala pasada en más de una ocasión, pero supo salir airosa de cada situación.
Mataba por un poco de polvo y odiaba la limpieza. Adoraba cada una de las notas que salían de su mesa de mezclas y agradecía a un Dios en el que no creía, el poder seguir viva un día más.
Le dolía tanto la mentira, que tuvo que acabar con él último que la engaño, se excusó diciendo que fue una mera cuestión de principios.
De cada poro de su piel emanaba alegría desmedida, tras varias copas dejaba de lado la vergüenza, dando rienda suelta a toda locura imaginable.
Le ponía cualquier atrocidad que saliera de su boca, él conseguía domarla cual yegua y eso le gustaba aun mas. Lo miraba de reojo azotando la última gota de Ginebra que había en aquella copa de cristal. Acto seguido lo besaba y disimulaba por si cualquier otro de sus amantes se había percatado de su mala actuación.
Era la loba madre al cuidar a sus amigas, aullaba tan solo para enseñar los dientes.
Se hacía la misma promesa cada vez que salía y pedía perdón cada amanecer por incumplirla. Bebía de la botella para evitar intermediarios, comía con las manos para no perder la costumbre y bailaba desnuda para que la música la penetrase.
Solía demostrar su perspicacia cuando los demás bajaban la guardia, le complacía cualquier beso robado, aunque en ocasiones regalase más de los necesarios.
Sus últimos años se habían convertido en una trilogía erótica digna de plasmar en cualquier libro.
Varias mañanas se repitió que sería la última vez, pero tuvo que enmendar sus errores cometiendolos de nuevo.
Escuchaba Aoki de fondo mientras su cuerpo dinamitaba cual pólvora.
Cambia de opinión cada 3 segundos y ama cualquier objeto que refleje la altivez de su mirada.
Su vida es muy cuestionable, pero, eso sí, es solamente suya.

lunes, 8 de octubre de 2012

Encendía con besos.


Hace demasiado tiempo que no sabría bien como volver a empezar.
Quisiera darte las gracias por dormir abrazado a mi espalda aquellas noches, la primera duró 22 horas, las siguientes fueron eternas.
Han pasado tantas cosas desde aquel Miércoles, todo se ha dado la vuelta, hemos cambiado, mejor dicho, he cambiado.
Tus te extraño quedaron en el olvido, justo al lado del nuevo día.
Una y otra vez me juro que cambiaré, pero creo que me sigue gustando demasiado ser yo misma.
Pocos entenderán como en un abrazo supe que eras tú a quien necesitaba, varias miradas después lo confirmé.
Quiero escribir una historia que no tenga ni final feliz ni triste, que sea tan nuestra que nadie la entienda, que no termine, ambos sabíamos a lo que nos arriesgábamos, era imposible.
Cuando pienso en las veces que quisiste hacerme tu reina, ahora desde abajo recuerdo como he terminado, siendo la puta de otro, quizás en ese momento no supe que eras el indicado, ni ahora tampoco lo pienso, solo que es mejor arrepentirse, por lo que pueda venir.
Leía en aquel periódico viejo que eran tiempos difíciles para los soñadores, por pensar en los nueve dígitos que me acercan un poco más a ti, volví a sentir tus manos, aquellas que hacían que hasta el día más cabrón se convirtiera en un nido de risas con tus chistes.
No creo que me convengas pero eres perfecto para hacer las miles de cosas que quiero en este año, me acompañas en cada pestañeo.
Corría como el agua en una cascada, libre y pequeña en aquella inmensa corriente. Por una vez nadie dijo nada al respecto, todos sonreían felices al comprobar que la vida, una vez más, seguía su curso sin preguntar si podía continuar.
Quedaron atrás ciento doce días, de los cuales repetiría sin dudarlo todos y cada uno de ellos.
La última nota que le escribí en aquel posit usado antes de marcharme para no volver decía: Supuse que era un buen momento para hacerlo bien. Adiós.

lunes, 27 de agosto de 2012

Amor/Odio.


Se cerraron las persianas de un golpe y nadie giró la cabeza para ver que pasaba, así me sentía yo... me importaba, perdón, me importa un mierda lo que pase a mi alrededor mientras tu estés bien, mientras rías a mi lado.
Han pasado muchas cosas desde que te fuiste, te contaría todas con detalle pero creo que a medida que fuera escribiendo, acabarías más y más horrorizado. Ya sabes, así soy yo.
Lo tenía delante, pensaba, yo no debo estar aqui, él mucho menos, pero entonces tocó la puerta, me cogió y solo recuerdo que volví a pensar en lo mal que estaba aquello una hora y media después.
Fue, como describirlo, de lo bueno lo mejor, superó con creces todas mis expectativas.
Ahora bien, no es conveniente volver a recibir llamadas tuyas, estabas tan lejos que ya te habia olvidado.
De repente, todo enmudeció y comencé a oir gemir a las paredes, no es que te echaran de menos sino que estaban demasiado acostumbradas a tu presencia y, cualquier tipo de cambio las alteraba. Creo que a dia de hoy entiendes cada una de mis palabras.
Eso de: me conoces hasta ser destructivo, lo aplicas demasiado bien.
Cada momento a su lado es único, nunca sabes donde puedes acabar, pero son así y reconozco que a diferencia del resto, me encantan.
La puerta se cerró y con ella mi respeto, no te lo mereces. Hubo tantas mentiras que la verdad bailaba un tango con su pelo en aquella playa.
La arena no pareció estorbar, he de reconocer que me pone demasiado, a veces me dan ganas de decirle, reparte un poco de flow, gastas demasiado, otras en cambio, practicaría el canibalismo con su cuerpo, supongo que a besos y tal.
Cada vez que me mira de lejos, en lugar de bajar la cabeza y mirar a otro lado, me crezco cual ola de Levante, y tan solo de pensar, tu borracho y yo dormida, me despierto como quiero. Rulan fotos en las que la ropa no es en lo que más te fijarías.
Para ir concretando, he de decir que ella, iba drogada, me invitaba, yo no supe decir nada. Nos metimos todo su éxtasis, luego en su casa borrachos, sin frenos. Grande, eres grande.
En fin, noches de cal, mañanas de arena.

domingo, 22 de julio de 2012

Besayúname.


El abandono a escribir era proporcional al de mi cabeza, seguía donde debía estar, físicamente encima de mis hombros pero, la verdad es que estaba a muchos kilometros de distancia, concretamente a 316,9.
Fueron días maravillosos, experimenté eso que llaman placer, tantas veces en tan pocas horas que creí que el climax habia sido inventado por ti.
Me repetías y me repetía una y otra vez que aquello era una locura, pero supongo que algún día me arrepentiré de mis arrepentimientos, mientras tanto, no puedo dar más de mi.
Volviendo al verano de mi vida, casualmente no coincide con el tuyo, cielo.
Aquello, fue indescriptible... una par de copas, 5 chupitos, 2 roces, 9 miradas y el resto no creo que deba plasmarlo en ningún papel aunque, nunca supo tan bien una camisa de cuadros azules.
Fotografías que hacen que me traslade a tu casa, a tu cama y como no, a tu vida. Una vez escuché eso de que horas en la carretera no se pasan por cualquiera, hoy puedo decir, que nunca nadie estuvo tan acertado. Buses, calor, horas, más calor, menos horas y al fin, tú.
El esfuerzo estuvo bastante justificado y si me quedaba alguna duda solo tengo que recordar un posit y cuatro palabras, lo demás hoy sobra.
La distancia es tan relativa y está tan sobrevalorada como la fidelidad, ambas para mi se encontraban a 237,5 km.
Pero como todo lo bueno termina y conserva así su esencia pues regresé y todo seguía tan igual como cuando me marché, de algún modo creí que debía poner orden o ponerme como sabia.
Reconozco que ahora mismo me cambiaría por un solo con hielo y un polvazo mañanero.
Después del quinto orgasmo causado por la octava copa, recordé que es mejor mantener la boca cerrada.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Inicio.

Siempre me gustó mover las piezas a mi antojo, hacer y deshacer cual folio pegado en una carpeta de colegio.
Con estos 20 grados en el ambiente y 42 en mi corazón, he de decir que aun no está todo dicho y que lo que dije o asentí con la cabeza aquel día, no es realmente cierto.
Es hora de reemplazar, lo tuyo por lo mio, siempre te lo daré.
Número de telefono que recuerdo como si de aquellos días se tratase, de los días de parque, de las noches de mentiras, de los besos regalados, de esconderme de tu cuerpo, de enseñarte el mio.
Puedo y quiero comerme el mundo, a bocados pequeñitos, necesito saborear lo más amargo de ella, lo dulce habitualmente me lo das tú. No quiero acostumbrarme, dicen que soy de las malas, pero con lo puta que es la vida voy sobreviviendo.
Agradecida de poder malvivir a su lado, una vez más, durante mucho tiempo.
No es por alarmar pero, tu mano no debería entrar en contacto con la mia, fusión incandescente.
Que las cuerdas se rompieron y que tu me mantuviste, me agarraste sin pedirlo, y ahí, justo ahí, te delataste campeón, mostrabas más de lo que decías y no decías ni la mitad de lo que sentías. Gracias por los servicios prestados pero la cuerda está reparada, o eso creo, de momento, puede aguantar el tirón.
Lo último que recuerdo de aquella noche, es tu boca a milímetros y tus manos en mi espalda, esas son las buenas noches que yo quiero, siempre, pero solo si vienen de ti.
Al principio del juego cada jugador tiene 16 piezas, hoy por hoy, mi rey se esfumó como el polvo que levantaban mis caballos, muy dama nunca he sido y me sobran peones, dependo del alfil, es mi única salida.
Espero que tengáis una buena jugada, de no ser así, siento decir que estáis perdidos amigos.

jueves, 3 de mayo de 2012

Minutero.




Eran las 03:45 y seguía con el paraguas abierto de par en par, mis piernas eran el claro reflejo del agotamiento sufrido, pero no podía decir que no a uno más.
Después de no mucho convencerme, dije que sí, pero que ahora me tocaba a mí poner condiciones.
El silencio se comió la madrugada y tú, a mí a besos.
Hago una pausa, el capuccino se me enfría, perdón.
Entre besos y alguna que otra caricia nos convertimos en roce con derecho a amigos.
Intenté parar y decir que no era necesario todo aquello para… pero insistías y en aquel momento no estaba para ponerme demasiado digna.
Culminé en un abrazo, éste hizo que la condición de no querernos más de 6 días y 7 noches quedara reducida a cenizas, las de la última chimenea de aquel campo abandonado.
En un principio quise comprarte, que fueras una posesión, solo para mí, pero, pronto me di cuenta que no eras más que un alquiler, barato, viejo y usado.
Difícil sería que alguien te quisiera ahora, como cambian las cosas.
Tatúame el sabor del último Ron, que el resto lo hago yo, cielo.
Sigo diciendo que no hay nada mejor que dormir sobre una conciencia limpia, y creo, solo creo, que tengo insomnio.

jueves, 26 de abril de 2012

Cinco/besos.


Mesa,  almacén,  campana,  786, 22, 2, 5, 6023948, hielo, situación, cariño, 98, 76, 234, 56, metro, 333, pantalón, agua, candado, 7689, llave, 1, 9000, valores, cama, sofá, 789, camión, 2525, papel, vaso, galleta, 987, 363635, amor.
Para cualquiera son solo palabras y números, pero para mí cobran sentido gracias a él.

Té rojo.


Hace exactamente… no estoy segura, cuando disfrutaba o padecía de tu presencia, recordé que recordando no se puede recordar aquello que nunca se olvidó.
Puestos a olvidar, tengo presente el número  54 de la calle Santo Domingo, en aquel rinconcito donde olvidé el recuerdo de tus besos.
Quiero confesar que una vez más deje rienda suelta a la libertad, escoltada por una ración de pasión, de lo más saciante, el acompañamiento no fue un Rioja pero aquella cerveza supo a gloria a tu lado.
Tú, él y yo sabemos que a todos nos acabarán olvidando y no necesariamente porque hayamos muerto. Es lo más realista que se me ocurre en este momento, podría decir que siempre te recordaré, pero no merece la pena mentir gratis.
Me gusta el color verde más que a nada en el mundo, escribir es, de lo bueno lo mejor.
Adoro los cuerpos de seguridad del estado, proporcionan más que eso, seguridad digo.
Siempre he estado bajo sospecha, nunca me han dejado pasar una, continuamente al pie del cañón, pero, a estas alturas, sigo pudiendo dar mucho más de mí de los que el resto inventa. Tema de conversación, tema de seducción.
Uno de mis placeres reconocibles es sentarme frente a la chimenea y mirar el fuego, si es con un papel y un boli cerca, el orgasmo está asegurado.
8 días, 192 horas para una comida, un reencuentro, un abrazo, multitud de caricias y un beso que haga que el resto del mundo encoja, que tú seas un gigante, mi gigante y yo, siga siendo tu enana.
El fuego de ambos cuerpos no será comparable al del Windsor. Lo aseguro.
Mientras que pueda, no dejaré de declarar la guerra en tiempos de paz.

viernes, 20 de abril de 2012

Péndulo.


Fue la anatomía de un instante, imágenes de fondo, la mayoría son de los juegos del hambre. He de reconocer que me di cuenta que aquello era amor cuando dejó de preocuparme el estar vestida o desnuda sobre tus sábanas.
Acepto que me llamen loca, en cierto modo lo estoy, pero por ti.

Querer no es un verbo, es una acción.


El segundo lunar de la tercera arruga que le sale cuando frunce el ceño, ese, supongo que fue el que me enamoró. Puestos a suponer, puedo decir que echo de menos hasta su ausencia.
La suma del tercer día de la primera semana del tercer mes da como resultado el número seis, no muchos lo entenderán pero una tarta, un juego y mucho alcohol hicieron que infinito fuera representado con su cuerpo y que la aproximación fueran sus gemidos.
Te quiero del verbo tocar.
Que el concepto de cena romántica para nosotros no está establecido, que prefiero seguir comiendo pizzas con la luz de la luna de fondo a cualquier restaurante caro contigo pero sin ti, que pagues, me veas pero no me mires.
Que me digas cobarde, te llame y escuche: no puedo creer que te conozca así de bien. Hay días que la cercanía se mide por las veces que te pienso, crece con fuerza, te haces notar.
Te quiero del verbo besar.
El olor a hierba cada vez es más fuerte, muchos pitis a su lado, muchos besos que he robado, otros muchos me han prestado. Sin ninguna duda para mi, el amor es la amistad con sexo.
Sonaron tan creíbles todas aquellas palabras, he de reconocer que el momento las requería, ganas infinitas de verme en aquel espejo frente a tu cama.
Puedo decir que estoy romántica esta noche, a mí, que me producía verdadera repulsión todo tipo de sentimentalismos.
Te quiero del verbo comer.
Es tan agradable leer cada uno de tus buenos días, las buenas noches mejoran con creces.
La lámpara marca el ritmo, su bombilla parpadeante nos intenta decir con destellos lo que no fuimos capaces de decirnos con palabras, con besos lo intentamos una que otra vez y claro que funcionó.
Sonríe cuando me tumbo en el suelo tan solo con unos calcetines, dos tallas pequeños, su color es tan vivo como el polvo que nos fumamos aquella madrugada.
La tarde olía a enamorarte en 8,2 segundos, pero al caer la noche las expectativas mejoraron.
Te quiero del verbo abrazar.
Después de aquello me sentí en una nube, como si de la peor de las drogas se tratase. Te inhalé, te fumé, te chupé, te quemé y lo mejor de todo, el reloj se mantuvo durante 59 minutos en las 3:11.
No debería pero, en ocasiones repetidas me quede dormida, soñé con aquel papel pintado con mi barra de labios. Conversaciones que te trasladan al verano del amor, como hemos cambiado, me crecía, se crecía, nos odiamos.
Las teclas van diciendo lo que nadie quiere escuchar, el tic-tac del reloj marrón me está intimidando. Conozco esa sensación desde el lado opuesto. Gusta a la vez que incomoda.
Te quiero del verbo follar, porque hace tiempo que hacer el amor, no entra en mis planes.

jueves, 19 de abril de 2012

Acabemos por empezar.


Amén.
Supongo que siempre me gustó empezar por el final. Tengo mono de tantas cosas que no sé por dónde empezar, el principio sería una buena opción, pero como las buenas opciones precisamente no me definen, iré por las malas: quiero ver mil zapatillas a los pies de tu cama, quiero volver a comerte con la mirada en aquella estación, quiero que me esperes con el coche feo y me digas que lo único bonito soy yo, quiero que me abraces hasta que forme parte de ti, quiero que dejes la persiana entreabierta, que me mires, me beses y te calles.
Subimos al tercero, conocí lo que no debería haber conocido, pero supongo que me encantó. Una fiesta llena de hierbas, de flores, de ti.
Quizás no fue buena idea dormir abrazados durante 3 noches porque los días perdieron su valor. No sé si fue tu alarma o las caricias de después pero hicieron que el sol volviera a esconderse de manera casi voluntaria para dar paso a la luna más redonda de cuantas recuerdo. Maravillosa verla sobre tu espalda.
Si mal no recuerdo, sí, recuerdo mal.
Es difícil encontrar a otra persona a la que le guste la comida china como a mí, pero si, la encontré. Donde menos me esperaba, lo encontré.
Varias suposiciones no me dejan elección, creo que es hora de confesarme. Empiezo por decir: “Padre” y acabo con un simple: “he pecado”.
Más de las veces que me gustaría, pero, ¿de qué vale si no me arrepiento?
Olía a margaritas en aquel campo, no conozco flor ni nombre más bonito.
Hubo, había y habrá mucho que decir, pero como siempre he tenido mucho miedo y muy poca vergüenza prefiero seguir en las sombras.
El calor, el frío o el cambio repentino de ambos, fueron los detonantes de aquello. Pasó, pasó y como era de esperar, volvió a pasar.
Señores, espero que sean felices, yo lo estoy siendo demasiado. Podría dar más detalles pero  como dice Celia Cruz: “La vida es un carnaval”. Decir más sería abusar.

domingo, 1 de abril de 2012

Celia González Galán.


Todo empezó hace aproximadamente dos años. Encontré una persona maravillosa. Que poco a poco se convirtió en alguien insustituible.
Cuando he llorado lo ha hecho conmigo y ha conseguido que mis risas se multipliquen por nueve.
Hemos dormido abrazadas al llegar de fiesta. Lo hemos dado todo en un coche patrulla. Me ha salvado de mil locuras y ha hecho que cometa, perdón, cometamos otras tantas más.
Que los croissants saben más a chocolate si los comes a su lado, que el armario es mejor si es compartido, que el cuarto de los niños es más grande si estamos juntas, que el agua está más fría si la cogemos de la fuente.
He decidido inventar una palabra nueva, no creo necesario que vosotros la sepáis, pero sé que os gustara. Si la incluyeran en el diccionario haría referencia a una persona necesaria, que hace que saques lo mejor de ti y que seas un poquito más feliz cada día. Eso hace ella.
He dicho muchas veces que cuando vine a Cáceres no encontré una amiga, encontré una hermana. Tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Pero a día de hoy no la cambio por nada.
Se asombra cuando ve mi cara al leer curiosidades, vicio reconocible. Me pone mil veces Amelie porque le da por esa canción. Se plancha el pelo y tarde cada día menos. Me mira orgullosa para que le diga: Sí, cada día tardas menos campeona.
Adoro hacerlo. También echar a pares o nones quien abre la puerta, todo esto acompañado de muchas carcajadas.
Aprender a poner lavadoras juntas, leer: sintético mezcla y decir, claro porque es de las dos, si fuera solo mía sería algodón. Miles de tonterías más, que cuando no las tienes se extrañan.
Curiosidad casi obsesiva que tenemos la una por la otra. De las sanas, todo hay que decirlo. Sabemos casi al segundo lo que hacemos y sino ya nos encargamos de preguntar, se nos da bien.
Me mira y me dice, no me estoy mordiendo las uñas, sonriente.
Es la típica persona que siente cómo le crecen 1 mm las uñas o el pelo, inapreciable para el resto. Pero ella lo nota.
Trabajos juntas, noches en vela, abrazos cuando se necesitan, lavandería improvisada, sentimientos a flor de piel, horas hablando, llegar a casa y extrañarte, eres para mi, de lo bueno lo mejor.
Me gusta saber que puedo contar contigo, de manera incondicional, siempre.
He de decir que este Marzo no va a ser igual, te haces mayor. Madre mi chiquiiiiiiiii. Tenía que decirlo. Sé que sonreiras al leerlo y harás que yo también lo haga.
Recortables de revista, una vaca negra, celia´s room, bolsos cayendo continuamente, antifaz compartido, bolsas robadas y mil motivos más para darte las gracias por compartir tu vida conmigo.
FELIZ CUMPLEAÑOS HERMANA.
Sobra decir que la Mtz te quiere, sí, sé que sobra.


domingo, 25 de marzo de 2012

De tus labios, centinela.


Elige una mano, ábrela a la mayor brevedad, encontrarás lo que buscas. Eso sí, solo sino decides esconderla de nuevo. Tan típico en ti.
Me gustaba el olor a domingo, era y sigue siendo tan característico, llega a doler de lo que gusta.
No siempre esa fragancia tuvo lugar el último día de la semana, hay martes que se sentía incluso más. Lo recomiendo.
Aquella noche se nos olvidó decir que no a las horas, la noche y la mañana se fundieron en un suspiro, hubo tantos gemidos como rizos caían sobre mi espalda. Por eso no cambio ahora, para no perder la costumbre de acabar enredada a tu espalda. Creí que no volvería a dormir así, pero una vez más, me equivoqué. Lo hice, y como lo hice. Todo un placer, nos dijimos.
Quizás hagan falta más personas como nosotros. No creo, en realidad, que sea bueno para el resto, pero, mientras disfrutemos, ¿cómo decir que no?
Abrí la botella de Velero a la misma velocidad que lo hacías tú con tus piernas, podía haber seguido con ella pero he de reconocer que tenía mucho más tirón lo tuyo, ya me entiendes. No quise perder el ritmo, de hecho, eso fue exactamente lo único que no se perdió.
Supongo que la manta no era Cashmere. No era tan suave, ni abrigaba tanto.
La mañana volvió a caer de nuevo, el mejor despertar desde hace mucho. No faltó ni un detalle.
Giraba 180º y volvía a mi estado normal. Sonaban las teclas, te ponías, no solo nervioso. Vuelta a la calma, decidí no volver a pisar aquella tierra, no por ti, solo que los zapatos arrastraban el barro de todo el recinto. Por lo demás, podemos continuar.
Si piensas que lo has hecho bien, perfecto, pero vuelve a analizarlo por si acaso. Siempre encontrarás algo nuevo.
Imágenes que no deberían salir nunca a la luz, o que en ese momento tuvieron demasiada. Quizás el flash fue lo suficiente potente como para hacer que te quedaras conmigo, sí, a mi lado, cinco meses más.
No era continuo, pero sí lo suficientemente agradable para repetir.
Puestos a calcular más tiempo del que debería. No quiero concretar, sospecho que si se atan cabos no saldré airosa de esta.
Vale, lo admito, me encanta mi vida.

martes, 20 de marzo de 2012

Artemisa.


Es un quiero y no puedo, es un a veces sí, a veces también.
Cuando lo veía aparecer, comenzaba a sonreír de manera estúpida. Ahora, me rio a carcajadas e incluso en alguna que otra ocasión he llorado.
Nuevas expectativas, nuevos proyectos. Personas que te ayudarían a tomar una decisión ya no manifiestan ni su opinión.
 Obviamente, me molesta el último rayo de sol que entra por el tercer hueco de la segunda persiana, pero como todo en esta vida es acostumbrarse, allá vamos.
Odio la brevedad, los atascos, el helado de fresas y esa cantidad de zorras que aun cuando tú no has terminado una relación, ellas ya te la han quitado. Pequeñeces de la vida. Sin importancia alguna, me digo.
Aquella noche quisimos preparar un combinado, habíamos oído en aquel antro de mala muerte un nombre que rondaba en nuestra cabeza: Gin Tonic de Rangpur, teníamos todo lo necesario: Ginebra Tanqueray Rangpur, abrazos, Tónica Fentimans 200ml, Kumquat, lima, limón, hielo y algún que otro beso.
Nos sobraba calor, nos faltaban los vasos.
Comenzamos a hacerlo al mismo tiempo que nos dimos cuenta de que el vecino del quinto nos miraba con recelo, quizás no era recelo sino la necesidad de cariño. En cierto modo me alegré de poder dárselo, o más bien, que él lo tomara por su cuenta.
Sonó un ruido, permanecí en silencio, en ocasiones pensaba que mi respiración ya no tenía sonido. Intenté no volver a ser descubierta, volver a decir que no cuando todo mi alrededor sabía que el sí no podía ensordecer más. Daba gritos.
Decía que aquello no funcionaría, que había demasiado fuego como para que saliera bien, acabó siendo un coctel molotov. Lo usé, y tanto que lo usé. Lo tiré contra tu ventana, no recordaba bien cual era, así que, si alguno de tus vecinos dice algo, hazte el loco como de costumbre. No te resultaba difícil. No me sentí bien, tampoco mal, en realidad no me sentí.
De repente volví a crecerme incluso más que el último lunes y agachaste la cabeza de nuevo. No es que siempre tenga razón, pero si me lo pones así de fácil, voy a terminar por olvidarte.
Me despido mirando la pastilla que hay sobre el escritorio mientras observo casi hipnotizada la franja verde que la divide. Hay muchas clases, algunas muy buenas. Las recomiendo.
Lo dicho, las gallinas que entran por las que salen. Es ley de vida.

jueves, 15 de marzo de 2012

Desierto azul.


Erase una vez dos jóvenes que se querían con locura. Apareció una bruja con escote, él se montó en su escoba y se acabó el cuento.

No, ahora enserio. Odio las historias a medio hacer, de esas que antes de abrir el libro ya sabes cómo van a terminar.

Aquí va una de mis preferidas:

Se esnifaba su aroma con tanta naturalidad que a veces, solo a veces, daba miedo. El éxtasis no tardó en llegar, venía acompañado de un Château. Desde ese momento dejé de ser un ente independiente, formamos la unión perfecta, tú eres dulce y cariñoso, yo una perra en celo. Te mordía sin pensar en el daño. Asentías cabizbajo. Dolía, gemías de dolor, mordías la almohada cuando gozábamos de su presencia. Sólo una impía podría hacerlo. He de confesar que me encantaba llevar el control.

Sus piernas formaban un ángulo casi perfecto, no era de 90º, tampoco de 180ª, su cuerpo o mi cuerpo, o más bien la suma de ambos formaban uno nuevo. Solo conocido por sus labios.

Sus caderas, mi única debilidad confesable.

No creo, como he mencionado alguna que otra vez, en ninguna de las religiones mayoritarias, ni en un Dios superior, pero por ver sus ojos encendidos mirándome penetrantes mientras me hacía el amor, daría hasta lo que no tengo.

El sudor que desprendías estaba tan valorado como la última gota de agua en el más caluroso de los desiertos, manaba por todos los poros de tu cuerpo insaciablemente. Conseguías un nivel de excitación solo comparable a una caída desde un octavo, desde el balcón azul.

Quería que ese momento durase mil momentos más, pero no pudo ser, pensé. Mientras tanto disfrutemos del momento. En efecto, volví a desnudarte con la mirada, me penetraste con un suspiro y culminamos con un: ¿Repetimos?

Se nos hizo de día pero rápidamente volvió a caer la noche, y así varias lunas. Unos días tenían 15 horas, otros 32. De pronto, uno de los dos recordó lo que hacíamos ahí. El mundo se vino abajo, las estrellas no alumbraban tanto como lo hicieron los días anteriores, las sábanas no estaban tan húmedas, los vecinos no se quejaban tanto, todo había cambiado. Comenzó a estar distante, frío, más calculador que de costumbre, me miraba pero no me veía.

Un día me comía y otro me trataba como a las sobras de aquella comida familiar.

Pasaron muchos meses, estaciones, vi caer hojas a su lado, muchos mares sin su compañía.

Pero un 20 de Junio de 1965 decidí poner final a este cuento de luces y sombras. No creí ser capaz. Asombrada me quede cuando me di cuenta, de mano de otro lo que era el amor. 

domingo, 11 de marzo de 2012

Tándem.


El otro día me dijeron que huyo de los problemas, que huyo de lo importante.
En realidad puede ser que todo sea tan superficial que no crea que ninguno de esos problemas sean lo suficientemente importantes para que me afecten.
Soy insensible y algo brusca, todo hay que decirlo. Pero eso no quiere decir que no me importe nada.
Hablando de importancia todo es tan relativo. Lo que es importante para mi puede que para ti no tenga la más mínima relevancia.
Tengo propósitos nuevos: tocar mi nariz con la punta de la lengua, ir al gym y quererte no más pero si mejor.
Demasiado corazón, poca piel. Inhalaciones necesarias, casi involuntarias.
El vestido de los jueves no defrauda. Supongo que las copas no son comparables a los besos que se oyen en la escalera del fondo.
En poco tiempo me di cuenta de las personas que quería tener a mi lado y de las que no quería tener nunca más encima.
Lo único que sé a 11 de Marzo, es que tú si eres importante para mí.

La sonrisa de Duchenne.


Amo las medias sonrisas en la barra de un bar, en cualquier lao…
Una de ellas puede mostrar una felicidad increíble o el dolor más grande, las hay sinceras, las hay fingidas y después está la tuya.
En muchos casos refleja más sentimientos que muchas de las palabras que intentes decir. Te lo aseguro.
Yo, antes, sonreía a diario. Ahora sigo haciéndolo. Incluso el doble.
No hay nada mejor que una buena dosis de risas, las mías cuando estoy con ellas son las mejores.
Dicen que riendo se queman calorías, se favoren las relaciones con los demás, se mejora el sistema inmunológico y mil beneficios más.
A estos yo le sumaria que con la tuya yo soy más feliz. Y eso, créeme, que no se consigue con facilidad.
La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz. Prueba.
Se pueden crear y cuando esté conseguido, sabrás que no necesitas más.
En mi opinión la sonrisa es la curva más bonita del cuerpo.
La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa.
No digo más. Sería abusar, aunque en realidad, el término abusadora es utilizado con frecuencia en mi persona.

jueves, 8 de marzo de 2012

Llámame sin ll.

Hoy es uno de esos días en los que nada, por muy malo que sea, molesta.
Tengo ganas de que tengas ganas para quitarnos las ganas con ganas, leía tranquila en aquella nota.
Buenos momentos, siempre los hubo y los habrá, cielo.
Él es de esas personas que jamás querrías en tu vida pero que de manera extraña y casi obsesiva no puedes apartar. Lo sabe y juega con ventaja. Me limito a esperar su próxima jugada para preparar, lo que siempre creo, el plan definitivo. Rara vez compruebo su eficacia.
Es un día especial, al menos yo lo recuerdo como diferente.
Hay luna llena y es tan redonda como tus ojos, esos que en cualquier noche alumbraban tanto y a la vez tan poco.
Tenemos la mala costumbre de acostumbrarnos a la compañía que no merecemos.
A veces es tranquila y adorable como una gatita y otras, es tan dañina como la peor de las víboras. Para que engañar, la adoras.
Me encanta sentir el agua caer, placer inmenso solo comparable a las noches que pasé abrazadas a tu espalda.
Normalmente odio cualquier tipo de sentimentalismo pero, hoy, me gusta hasta el anuncio de “Amor amor”.
Con diecinueve años y desde la habitación diecinueve he de decir que las personas no cambian a diferencia de lo que todos creemos. De ilusiones se vive. Alcancemos el umbral de rentabilidad.
Estoy completamente segura de que el mundo termina en 2012, por este motivo no puedo dejar de disfrutar como lo estoy haciendo. Deberíais hacer lo mismo. Es tan solo un consejo.
Me miras con una soberbia inquietante y con media sonrisa falsa preguntas si me gustas, tú, ¿gustarme a mí? Vale, sí, me gustas.
La película ha terminado y el final era el esperado, para no variar.






lunes, 5 de marzo de 2012

Todo recto a la derecha.


No debería pero hay ocasiones en las que ella está tan loca por él que comienza a dejar su cordura a un lado para estar más cerca de sus labios, aunque sea en otra realidad. Le hace daño, le digo que él le hace daño. No me escucha. La deja  sola ante el peligro. No pensó en la cantidad de leones que había fuera esperando para comerla hasta que se dio cuenta de que el primero apareció incluso cuando él no se había ido.
Desde ese momento comenzó a cambiar, ambos cambiaron, lo malo ya no era tan malo ni lo bueno tan bueno. Dejaron de verse como dos piezas de un puzle que encajaban a la perfección para convertirse en manos que no se estrechaban ni para saludarse.
El descaro de ella aumento proporcionalmente a la timidez de aquel chico de manos suaves.
Que el azul era más azul si era el de sus ojos, decía ella con una sonrisa de oreja a oreja. El resto la miraban con lástima, sabían lo que había.
Recuerda sus salidas y entradas a la perfección. Él no eran tan él, ella más suya.
Angustiada le preguntaba que le pasaba, nada, decía seguro de sí. Otra mentira de tantas.
Ella movía la cintura, curaba todos sus males bailando.
De momento hay un punto y final.
Lo único que no me gusta de esta historia es que ella soy yo.


Página ocho.


Es difícil definir la perfección pero con estas tres palabras creo que lo consigo: VIERNES, SABADO, DOMINGO.
Nuevas caras, las viejas igual de guapas que siempre. Un anillo de colores que no existían, muchas copas y un olor inconfundible.
Una invitación a una locura, ¿cómo decir que no a eso?
Un hotel improvisado, un abrazo cada vez que nos cruzábamos, el resto me gusta dejarlo a la imaginación.
Lo mejor de todo es que estaba ella conmigo.
Un mensaje emocionante, un encuentro de los raros. Un te veo y no te miro, disimulo cuando puedo.
Las maletas han vuelto cargadas de recuerdos, de los buenos, creo y digo creo porque no me atrevo a asegurar que no haya habido ni uno que merezca ser borrado. Lo único que cambiaría es que ha sido demasiado corto.
Cuadros de todo tipo, rebecas que no abrochaban, personas que nunca imaginé juntas. Cigarros demasiado apagados, miradas demasiado encendidas. Caídas locas, heridas sucias.
Llamadas que no esperaba, alegrías por todos lados.
Los sellos marcaban todo mi cuerpo como si de una yegua que acaban de comprar se tratase pero, no puedo quejarme, yo pagaba por ellos.
Podía cantar con facilidad cualquier canción de reggaetón que solo conociéramos  su compositor, su productor, sus familias y yo. Me miraban con una cara de incredulidad considerable.
Doscientas diez palabras, hielos robados, concierto en pleno apogeo.
Tú perdiste mi recuerdo y yo la vergüenza, lo único que no me gusto de todo fue que por un momento tú estabas allí conmigo, aunque fuera en mi cabeza.
Yo bailaba y tú mirabas entre la gente para sonreírme y asegurarte de que todo estaba en orden, de que nadie que pudiera destronarte se acercaba a quitarte lo que creías tuyo.
Pero sabes bien que ni tuya ni de nadie, corazón.
El reloj marca la hora en la que tengo que dejar de ser persona para convertirme en una esclava de tu cuerpo, quisiera hacerle caso pero hoy estoy demasiado cansada como para eso. Supongo que podrás esperar, sino no merecías tanto la pena. Cierro para que no tengas frio, lo demás es secundario.


viernes, 2 de marzo de 2012

Este mensaje se autodestruirá en cinco segundos.


Dile que no le guardo rencor. Stop.  El helado me gusta de chocolate. Stop. En el sexo me gusta más ponerme encima. Stop. Vivimos en una tierra de lobos en la que corderitos como yo, habitualmente estamos disfrazados para no destacar. Stop. A veces das asco y otras eres un cielo. Stop. Los cristales me gusta sentirlos fríos. Stop. Las cosas claras. Stop. El demostrar. Stop. El agua ligera, si es en hielo mejor que mejor. Stop. La manta fea de cuadros que de tantos apuros nos ha sacado a ambos. Stop. Me gusta ganar pero si se trata de ti prefiero perder, me estorba el sujetador. Stop. Adoro escribir desde que tengo uso de razón. Stop. Mirar el fuego durante horas en la chimenea de la casa de campo, abandonada la tengo. Stop. Películas sin final feliz, ese se lo pongo yo. Stop. El cuarto está lleno de recortes de revista, sensualmente sugerentes. Stop. Comer carne humana deja de ser canibalismo si se trata de la tuya. Stop.

jueves, 1 de marzo de 2012

Virtuosismo.


Mis uñas vuelven a ser rosas, el espejo sigue en su sitio, y tú estás mil veces más guapo.
Dos toallas colgadas me recuerdan al verano del amor, más tiempo en tu casa que en la mía. No me arrepiento lo más mínimo. Aprendimos mucho el uno del otro, tú más que yo.
Contigo no hay cuatro estaciones, el otoño quedaba sumergido en un mar de dudas, oía música mientras escribía tres líneas.
Creo que el nórdico ya sobra, calor de ese que no me gusta.
La distancia entre nosotros es de la A a la Ñ, corta pero intensa, el camino a recorrer no es nada fácil pero, créeme, era necesario.
Aunque a veces se haga el interesante hablando de temas que no conoce ni, desde mi más humilde opinión, llegara a conocer, sigue siendo de las personas que jamás te fallará.
Se produjo, tarde o temprano tendría que suceder. Fue un choque frontal a más de 230 km/h, tu mirada se clavo en mi espalda y dolió como si del más afilado de los cuchillos se tratase. Como diría mi amigo y colega Federico Moccia, tengo ganas de ti.
Vuelvo a la brevedad, a beberme las copas de dos en dos, a sentarme en bancos imaginarios al esperar un bus, a robar otros, ilegal que soy a veces.
A horas de la gloria.

Felina.


Promete ser un gran día y mejor noche, positividad aumentando al pensarte.
La duda empieza al leer “insertar”, sería más sencillo cortar o pegar, un beso o quizás dos, todo depende del grado de embriaguez.
Demasiadas cosas haría en este momento pero me cuesta hasta pestañear.
Con gusto viviría en una caja contigo, de dimensiones reducidas, todo hay que decirlo, para que así el contacto no sea tan forzado.
Supongo que la ropa nos durará lo que un anuncio en Televisión Española, demasiado tiempo esperándolo, el suficiente para desearlo.
Nuestras conversaciones son de las raras, yo como fresas, tú, sinceramente ni idea de lo que comes, no te veo todo lo que quisiera ni quiero todo lo que veo.
Cuando alguien estornuda no suelo decir “Jesús”, soy más de desear salud, mucho más necesaria que un nombre.
Dice que es un verde aceituna fuerte, baila y canta “Felina”, no puedo evitar quererla.
Siempre llevo dos llaves, una de mi casa y otra de la que lo será. De sueños se vive. No quiero que tenga paredes, todo lo que limita me agobia.
Algún día, no juro porque no creo en nada de lo que vosotros creéis, cambiaré de vida. Espero que a mejor y que muchas de las personas que he conocido en los últimos tiempos sigan en ella.
La bolsa acaba de explotar anunciando el final, como no me gusta desobedecer, hasta aquí hemos llegado.

miércoles, 29 de febrero de 2012

R de rojo.


Hoy hace bueno, una de las tantas alegrías que invaden mi vida en estos tiempos. El flexo lila alumbra tanto que molesta, casi como el sol de aquel verano sentados en la playa, tú dormías y yo te miraba, esperando encontrar una razón para hacer más perfecto aún el momento. A día de hoy sigo buscando.
He cambiado a amarillo, felicidad inmensa al comprobarlo. Supongo que es hora de guiñar el ojo de nuevo frente a cualquier chico guapo, cuesta ponerlo en práctica pero, como todo en esta vida, es ponerse. ¿Por qué no probar?
Todos intentaban morder pero había un problema: nadie se atrevía realmente por las consecuencias, “panda de cobardes” pensaba fríamente, ¿tanto cuesta probar la manzana envenenada? Sería mucho más sencillo comer las fáciles y no correr riesgo alguno. En mi opinión, prefiero saborear una única vez lo prohibido y no vivir pensando a que sabrá.
Cúmulo de sensaciones solo comparables a las vividas entre tus piernas. Obscena diría al escucharlo una que yo me sé. Aun así, os invito a que probéis, en rara ocasión suele defraudar.
En unos días tengo la oportunidad de verte y no tengo interés alguno por aprovecharla. Sinceramente. Lo que antes sería una carrera constante por apurar el tiempo al máximo, hoy se ha convertido en despreocupación.
Entre sensualidad y sexualidad me quedo sin duda alguna con la primera, no hay nada como dar placer a los sentidos. Sueño acumulado  o el olor de tu perfume o quizás la mezcla de ambas pero actúan como sedante de manera eficaz.
Que lo único que me apetece recordar en estos momentos es la contraseña de Twitter.
Propongo un juego, las normas las pones tú. Si tuvieras alguna duda empezamos a probar y algún momento aparecerán límites, de esos que tanto nos gustan.
Que las ganas que tengo de la que se avecina no son normales, aunque pensándolo bien, tú tampoco lo eres. No ayuda tener unos labios carnosos a tu izquierda, todo hay que decirlo.
Vuelve a sonar, cada vez me acostumbro más. He calculado que en dos semanas más estará totalmente erradicado. Este ejemplo es demasiado aplicable en ocasiones.
Motivación al beber uno o dos tequilas, empieza el calor. Menos mal que tú estás ahí para sofocarlo. Recurrible que eres.
Lo que faltaba es que se me perdiera el bono bus, al menos teniéndolo sé los viajes que puedo dar sin duda alguna, a diferencia que contigo, cielo.
Miradas a su paso, de esas que le gustan. Se crece aunque diga lo contrario, y a mí, a mi me encanta.
Creo que la próxima vez no me aguanto las ganas. Lo de ayer fue de risa, esconderme a estas alturas. Ilógica es la palabra.
Demasiadas ideas pero pocas puestas en prácticas. Amante de las pequeñas cosas, aunque no en todos los casos. Hay veces en las que se necesita algo grande.
Sigo manteniendo que el verde es el mejor color, las mejores cosas lo tienen.
 Solo decir que mientras ustedes hacen lo que quieren, yo me limito a, veintinueve de Febrero, querer lo que hago. Volveré a decir esto, volveremos a vernos las caras en otro año bisiesto.

lunes, 27 de febrero de 2012

Simulación artificial.


Yo era de esas que me preguntaba siempre el por qué hasta que encontré el por quien. Ahora que lo tengo lo único que me apetece es sentarme en la orilla de nuestro banco, para que así cuando vaya a caerme no tengas otra opción que salvarme.  Salvar, demasiado grande la palabra, mucha responsabilidad la del salvador, poca la del salvado.
Con gusto me pido ser salvada, vivir sin ninguna responsabilidad. Ser fiel solo a lo que siento, no a nada ni a nadie.
No diferencio entre la derecha y la izquierda con claridad, tampoco sé si eres rubio o moreno, pero puedo reconocer sin ninguna duda tu voz entre un millón. Es alegre y lo que más me gusta, es pura. De esas pocas quedan.
Modo avanzado, así me encuentro. La tranquilidad aplastante de los últimos tiempos ha quedado en el fondo del último cajón junto a los cinturones y un viejo diario, ha vuelto la tormenta. Pero es una tormenta especial y pensareis, es tropical, pues no, se equivocan, es una tormenta de pasión, desenfreno y lujuria. Miro al cielo y veo un trueno con caricias y una lluvia de orgasmos. Disfrutables todo hay que decirlo. Cuando le he dado a responder sabía perfectamente lo que no quería decir. La vida es puro teatro, así que mi más humilde consejo es que actúen lo más sinceramente posible. Yo les estaré esperando cuando caiga el telón.

viernes, 24 de febrero de 2012

Lóbulo frontal.

Después de un día increíble, miro al frente y veo cuatro pantallas, en cada una de ellas hay un nombre. He agachado la cabeza como hacía tiempo que no necesitaba hacerlo, no por vergüenza sino por indecisión. Tengo que decir en menos de diez segundos con cual de ellas me quedo. Y aun no me encuentro preparada. Hace unos meses diría sin dudar que la de la derecha, sí, la cuarta. Pero ahora esa no se encuentra ni como opción.
Nuevas caras, nuevos nombres, era necesario para que engañarme.
Me gustas mucho, eso te gusta a ti. ¿Nos gusta gustarnos? Supongo que esta relación me está haciendo bien. Ya no pienso en lo que no merece ser pensado.
Iba a tomar la última cuando te he visto de lejos, ¿estás más alto? Creí no conocerte. Has cambiado, supongo que lo necesitabas. Charla intensa la de anoche.
Sé que no estoy haciendo lo correcto, que en tu vida hay compromisos que en la mía ahora mismo no existen pero tengo que intentarlo y decir lo que creo mejor para ti, para mi, para nosotros. Quizás nunca haya un nosotros. Sé bien que la única que estropeo todo fui yo. Pero prometo no volver a mentirte. Sigues confiando en mi a pesar de todo, es lo que más me gusta.
El detalle de no llevar nada debajo de aquel caluroso abrigo fue decisivo, se encendían las velas a tu paso, comprensible a la par que excitante.
No quiero ser pesada, creo que hoy ha sido suficiente, a mi me sobra. De todas maneras me han entrado unas ganas considerables de que sea este Domingo, que según los creyentes, es de descanso. Creo que vamos a pasar por alto esta orden. Así da gusto volver.
Atentamente: tu conciencia.

jueves, 23 de febrero de 2012

Cuestión de principios.


He vuelto a decirte como una perra arrastrada que si nos fumamos un piti a medias y has puesto la excusa más tonta del mundo.
Está decidido. No me apetece más beber a tu lado, ya sabes a que me refiero, dudo que alguien más que tú se dé cuenta lo que es, pero por si acaso, queda escrito.
Muchas noches a tu lado, muchos besos malgastados. Me gustaba tomar una pizza a las seis, cuando llegábamos de bailar. Me gustaba hacerla, elegir los ingredientes, todos los presentes en aquella habitación sabían que lo único que me gustaba de aquella masa eras tú.
Suena ilógico contrastarte con aquello, pero me encantan las comparaciones a diferencia de ese odioso refrán. A día de hoy puedo y mucho, demasiado en ocasiones.
Estoy sentada en el sofá mirando las 3 tazas, los mil libros y tu foto. La radio suena en el piso de abajo. Al contrario de lo que debería, me relaja como nunca antes lo había hecho.
Miro a los lados buscando un pañuelo, al encontrarlo vuelve la felicidad. Ahí es cuando me doy cuenta de que si con pequeñeces como la de ahora estoy dichosa, no tuviste que dejar el listón demasiado alto, campeón.
 Las flores del mantel de la última comida han comenzado a marchitarse, pero con las gotas de lluvia del cristal de las que una vez os hable, empiezan a darle vida a tanto capullo seco.
Son tiempos violentos para el amor. Vuelve mi faceta soñadora, la que vive sin preocupaciones creyendo que con dos cables y un chicle puede arreglar todo. Lo mejor de todo es que en muchas ocasiones me ha sobrado uno de los cables, eso si después de elegir en dos segundos que color seria más apropiado para mí. Sin pensar en nada mas suelo decantarme por el verde, lo malo es que solo me dan a escoger entre rojo y azul. Ahí es cuando empiezan los problemas. Me salgo del plan establecido y vuelvo a las andadas.
A jugar sola o acompañada, eso sí, siempre de ellas. Demasiados frentes abiertos, pero como me dijo alguien especial, en tiempo de guerra cualquier agujero es trinchera. No hay que tomarlo por el mal sentido, sino que a veces necesitamos tener a alguien que nos haga reír para olvidar todo lo que otro nos hizo llorar.
Cada vez que sale el anuncio de chocolates Valor, vuelves a aparecer en mi cabeza, no porque recuerde si te gusta el chocolate. Sinceramente nunca me lo has dicho o no te he tomado demasiada atención. Sino por eso de placer adulto. Eso si lo he comprobado con creces.
Me encantan los colores, mezclarlos, lo sabes bien. Yo estaba roja por lo verde, tú morao por lo blanco.
Supongo que ayer fue el punto y final, después de tantas comas, tantos puntos suspensivos. Estoy harta de signos contigo. Has agotado mi paciencia.
Nunca fue mi estilo quitarme el sombrero con personas con las que no me quitaría el sujetador.
Hasta aquí puedo leer.

Sueño de una noche de Febrero.

No sé como empezar a decir esto, pero tengo miedo y pocos huevos de todo.
Supongo que tenía esto abandonado.
Ha sido raro, no me lo esperaba, pero no quiero más de lo menos que me dabas cuando creías que.. no estoy realmente segura de lo que querías.
El otro día no sabia si era el reflejo de las nubes en el agua o el fondo de la última copa que bebimos aquella mañana, últimamente no sé nada o sé demasiado y me hago la tonta.
Estos días han sido inolvidables, demasiada gente siendo realmente ellos, con su cara real, a pesar de llevar mascaras.
Por momentos me gustaron tus celos, pero recordé o eso me dijo mi alma gemela, que conmigo has encontrado la orma de tu zapato.
No te sigo el juego, cuando tu me buscas nunca me encuentras o al menos no me has encontrado. Solo aquellas veces, maravillosas por cierto.
Fue ilógico, te vi, me monté en el coche y no pude decir que no a nada más. Deje todo lo que estaba haciendo, todo. Deje una noche interminable, unos bailes a medio echar, salvo la copa, esa si me fue permitida. Quizás pensabas que me ayudaría a desinhibirme. Lo peor de todo es que lo conseguías con tu sola presencia. 
Miles de fotos reflejan la empanada mental sufrida. Sonaba "Hasta que salga el sol" y me dijiste que contigo no era posible el limite del amanecer, que me querías durante tres lunas y media. Te dije, segura de mi, que la cuarta ya era vicio.
Supongo que ambos mentimos, hemos superado el limite establecido y no me arrepiento.
Pero ahora mismo no puedo más.
Bebíamos Ron como locos, tu brazo me rodeaba aunque no fue lo único que hizo. Volvimos a los celos tras el segundo "ping", volvió a vibrar, me puse nerviosa y tú más guapo que antes.
Tus ojos estaban tan encendidos, me ponías con solo mirarme.
Puto fuego que desprendes, siempre eres igual. 
Siempre están ahí, fue subreal.
Demasiadas a tu alrededor, sinceramente no sé como puedes con todas y aun así tienes tiempo para lo que tengas conmigo. Realmente no es nada para mucha gente. Lo niegas a veces, por eso me gusta más.
Volviendo a poner los pies en la tierra he decidido no decidir, no cuidarme, no volver a volver, no cambiar, no pensar, en definitiva, ser la misma de siempre.
Me gusta la cara que pones cuando... me miras desde el otro lado de la barra. Los servicios son el santuario de nuestra pasión. Rara vez puedo decir que no a un tequila con sal y limón.
Me estoy acostumbrando a no tenerte y corres el riesgo de que te olvide.
Día a día está más fácil. No me queda otra.
Perdón. 
Adiós.

viernes, 17 de febrero de 2012

Fugacidad absoluta.


En una de las conversaciones que tuve conmigo misma, de esas fluidas e interesantes, nos pusimos a charlar y me di cuenta de que no coincidíamos en todo, en un mismo cuerpo había dos personas totalmente distintas, una era tierna, dulce e incluso tímida, la otra, repulsivamente salvaje, dolía su desvergüenza y su atrevimiento solo era comparable a… en realidad no tenia comparación. En rara ocasión había puesto en práctica la palabra límite.
También he de decir que hubo un tiempo en que consiguieron domarla, era una yegua mansa, obediente, a mí personalmente me daba asco.
Pero volvió, resurgido de sus cenizas como el ave Fénix, y como lo hizo… creyó o creí, ahora mismo no sé de quién hablo, que su regreso sería apoteósico. Aumentó su ego al verlo comprobado.
Para ella los planetas dejaron de ser ocho, comenzó a rendirle tributo a sus penetrantes ojos en lugar de a Marte y a sus labios por Mercurio.
La coca-cola no estaba realmente fría pero yo, mi interior estaba congelado. Realmente el calor nunca está en mis mejores momentos.
Hoy ha sido duro, pegábamos las telas mientras hablaba contigo, no eres nada pero por segundos llegas a ser un nada tan todo que da ganas de pensar que todo vuelve a ser nada.
Me gusta nuestro juego, de momento nadie gana ni pierde, es un juego de iguales aunque todos empiezan así. Esto durará lo que una vela encendida mientras follamos, perdón, mientras hacemos el amor. Despistada que soy a veces.
En la noche diecisiete del mes dos, el corto, sé que sabes de cual te hablo, volveremos a vernos las caras y me dirás que hace frio para volver sola a casa, ¿entendéis ahora porque el frio me acompaña en los mejores momentos?
Odio la letra Calibri pero adoro el colibrí, lo que puede cambiar una letra, una silaba, un sí, un no, un puede. Lo único bueno de todo esto es que siempre estás tú al otro puto lado de la cama. Creo que no te mueves mucho para evitar que mi forma se vaya y de nuevo tengas que volver a imaginar lo puta que era cuando quería cariño o lo casta cuando me sobraba.
Pediremos algo para llevar, no me apetece que nadie te mire mientras estas conmigo. Quiero guardarte para mí, para que esos momentos no sean interrumpidos por nada más. Casi lo consigo si no hubiera aparecido la policía, supongo que no tienen nada mejor que hacer. Ya ves, una rosa negra necesitamos, ¿quien en su sano juicio regalaría una flor tan triste?
Es hora de cerrar, la función ha terminado, mañana más y mejor, aunque eso sí, no le cojan cariño a los personajes, de momento la única con contrato indefinido soy yo misma.


jueves, 16 de febrero de 2012

Acto primero.


Me he comido una galleta y al mirar su forma, recordé el sonido de tu voz, paradojas de la vida, su sabor era amargo. Me gustaba el dulce de tus labios, su textura era especial.
Aquel viernes no dormimos después de una película interminable, supongo que ambos estábamos nerviosos esperando su final, su puto final, ellos siempre terminaban felices haciendo el amor, se miraban como si no existiera el mañana.
Ese día duro muchas más horas de las que debería, por momentos pensamos, en realidad pensé que podíamos romper el horario establecido, me creía superior a cualquier norma y todo porque tú estabas conmigo, porque de vez en cuando me decías: nena, que guapa estás.
Volviendo a mirar la caja de galletas me he dado cuenta de que tus fotos siguen aquí, maldito despiste.
De un tiempo a esta parte no tenia voz o al menos no se me oía, la única persona que creía que me escuchaba se fue un día y no volvió más, dejándome muda en un loco mundo de gritos. Intentó volver, intenté decir que no, rechazarlo y hacerle aunque fuese el 2% del daño que me causó, pero no pude, esta vez no quería hacerle daño pero tampoco quería quererlo, no quería nada más.
Solo se pasaba una imagen por mi mente, un recuerdo, una bañera que en lugar de agua tenía champagne, no era caro la verdad, pero tenía suficiente garra como para conseguir que él se desnudara con solo olerlo.
Que en ocasiones me creo una gata y no porque maulle sino porque algunas veces mis palabras han sido más dolorosas que un arañazo, pido perdón por el daño causado.
Me gusta la playa y el sexo, he probado a juntarlos pero no acaban de convencerme, supongo que para mí el mar solo está hecho para nadar, adoro los peces, quizás porque me identifique con sus tres segundos de memoria, no creo necesitar más para recordar un beso, una palabra bonita, un insulto o un orgasmo.
No deberías soñar despierto, te pierdes lo mejor de la noche, aunque sé que lo hacías por estar a mi lado. Las indirectas son más directas si vienen de tu boca.
Me tumbo en la alfombra cuando necesito desconectar de todo, miro al techo y me quedo en stand by. Vuelvo al mundo real cuando oigo un “ping” y pienso en tirar la BlackBerry por la ventana, pero sonrío porque al otro lado de la pantalla estás tú esperando para saber que se me pasa por la cabeza en un momento de cordura.
Pero créanme señores, la vida no está para lamentarse por lo que no llegamos a hacer, así que disfrútenla.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Dependencia insana.

Hace demasiado frío fuera, demasiado, pero el calor de dentro quema como nunca antes lo había hecho, me gustaba sentir la hierba junto a mis dedos descalzos, normalmente precisaba de tu compañía, mala costumbre la mía. 
Recuerdo, aunque vagamente, la que vez que pintábamos sin saber que nuestra felicidad duraría lo que un bote de spray. Eso creyó ella, pero se equivocó, duró mucho más que eso, fue intenso, real, fue maravilloso, pero como nunca nadie pudo tapar el sol con un dedo, dejo de verse, su olor cada vez era más fino y, por momentos, inexistente. 
Ella se dejaba llevar por sensaciones, quizás el sabor de una fresa marcase de nuevo el rumbo de su vida, quien sabe… Era impredecible y bastante loca. Su vergüenza quedaba sumergida en el último hielo de aquel Ron añejo. Cuando quedaba.
Mientras tanto seguía conociendo más, más y más bocas, se pueden probar pero solo serás feliz si aun no tienes grabado el sabor de aquel último beso.
Fue especial, diferente, fue el último, porque sí es cierto que para todo hay una primera y una última vez. Las malas lenguas dicen que la primera vez es la más dolorosa pero creo que se equivocan, no hay nada peor que saber que nunca más podrás tener lo que un día tanto disfrutaste. 
De lejos se escucha un piano, se calma, me calmo, nos calmamos. ¿Merece la pena? 
Está decidido, quiero una tregua, esta melodía me ha hecho pensar, quiero volver a pintar, quiero volver a conducir de espaldas, quiero volver a llorar al hacer el amor, quiero volver a tomar un café escuchando las historias de mi abuela, esas que si algún día se me permite contare a los míos.
Esta maleta va a terminar conmigo, de momento he metido seis pares de besos, dos abrazos y una bufanda negra, sé que a ti te gustan mucho.
No quiero agradarte solo intento que nos llevemos bien el tiempo que nos queda, a ser posible toda la vida, pero solo si tu quieres.
Los zapatos no me caben aunque siempre me ha gustado sentirme libre, sin más ataduras que las de tus manos, no conozco mejor condena que esa.
No me escondo de nadie nunca. Ven a por mí. 
Ojalá, y digo ojalá, porque espero que no me pilles aquí esperando cuando vuelvas, espero no estarlo.
Supongo que ya habré cogido mi tren, pero hay un problema de nuevo, joder, no hay horarios ni billete, mi destino se marca con decisiones, el tuyo supongo que también.
Pero, ¿estás preparado para decidir?
En cuestión de segundos, piensas, te sientas, vuelves a pensar, pero esta vez no te quedas sentada, sales, gritas, te sientes viva... pero es algo momentáneo, de un instante a otro te vienes abajo como si de la espuma de la cerveza que tomaste con él aquel miércoles a mediodía se tratase, de nuevo piensas que...no, decides no pensar, es hora de actuar, te vuelve a entrar el miedo, ese puto miedo que hace que cuando lo ves a 8000 pasos de distancia, tiembles como si te estuviera haciendo el amor como nunca, porque el ya no te follaba, te miraba a los ojos y te acariciaba el pelo mientras te hacia suya, más y más suya, olvidando tu esencia, y tú, ingenua de ti le entregabas hasta el ultimo suspiro de de tu cuerpo encendido.
Si de suspiros se tratase, hablaríamos del viento, nunca los he escuchado mas profundos que los suyos, son aquellos que con solo imaginar te inunda una sensación tan rara, solo comparable con un café a media tarde frente al televisor con la mejor de las compañías, en extraña ocasión suele resultar la adecuada.
Vuelves a pensar, tu mundo se convierte en un sin sentido, pero por momentos, tú y solo tú eres la dueña de cada paso, te miras al espejo, ese de la entrada que aun guarda la señal del ultimo beso, quedando latente el rojo solo comparable al de tu fuego al regresar, te gusta lo que ves y ríes, ¿Por que no hacerlo?
Que si ahora estuviera contigo, me río yo de la ola de frío siberiana.
Toca volver al mundo real, sigues teniendo rostro, quizás no el mismo que tenias minutos atrás, vuelves a ver las mismas caras, personas que te comerían con la mirada pero que no comerían contigo en ningún restaurante a eso de las tres, puede que no sepa cuantos circulos tiene la manta con la que duermo a diario, pero sé con certeza cuantos lunares tienes dibujados, pero si, es cierto nada de peros...
De nuevo te sientas, pero esta vez, no quieres pensar ni actuar, solo quieres suspirar como lo hiciste la ultima vez entre sus brazos...



Subjetividad.

Todo pasa y todo queda, y te das cuenta, si, tu empiezas a verlo claro, a distinguir entre lo que es y lo que debería ser, entre lo bueno y lo malo, el yin y el yang, es tan subjetivo que cuesta verlo, pero ahí está, se puede sentir...
Miras por la ventana, las gotas caen sobre el cristal, se juntan, se buscan, se necesitan, pero siempre está aquella que por independencia forzada o voluntaria, vive su vida ajena a todo, es feliz en su propia infelicidad.
Sigo mirando y no veo nada, ni mi reflejo en el cristal , mi transparencia ha llegado a limites insospechados, no estoy, no soy..
De repente aparece alguien que te ve, que hace que tengas forma color, olor, sabor, que hace que seas tú, ahí es cuando te das cuenta de lo idiota que has sido intentando ser alguien más.